Había una vez un gato atigrado. El gato murió un millón de veces y renació otro millón de veces, tuvo varios dueños pero no quería a ninguno. El gato no le temía a la muerte. Un día el gato fue liberado, era un gato callejero. Él conoció a una gata blanca y los dos gatos vivieron felices juntos. Los años pasaron y la gata se murió de vieja. El gato lloró un millón de veces y después murió. No volvió a revivir..tienes la bienvenida a una parte de mi vida.

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martes, 12 de mayo de 2020

Get Free

No escribí mucho porque estaba en mi momento de disfrutar el encierro, poco a poco arme mi jornada diaria que incluye tanto cosas de entretenimiento, labores así como disciplina para hacer algo constructivo durante esta época que no es extraña para mí por la naturaleza del trabajo hubieron momentos que pase periodos así pero noto en la familia y en el ambiente que la gente quiere salir pero al mismo tiempo expone lo frágil que es el sistema cuando agentes extraños a la costumbre actúan en la vida diaria.

Hace poco reconocí una situación que ya me había pasado hace mucho tiempo atrás, pero ahora desde el inicio las alarmas sonaban en mis oídos; al inicio poco a poco ensayaba situaciones para confirmar lo que sospechaba, en el pasado actuaba de otra forma ahora de tiempo en tiempo encuentro ese patrón en personas de mi entorno y reconozco mis acciones del pasado, no digo que sea predecible, pero creo que todos pasamos por procesos, sin embargo cada persona ve cómo puede lidiar con eso, algunas superan el problema y otras solo se quedan con eso incrustado en su ser. En ambas situaciones cada persona resuelve como llevar eso de la mejor manera.

 

En armonía con lo que comento, considero que hay maneras de mantener una distancia apropiada sin tener que llegar a la agresividad pero también es cierto que es cierto que ahora creo ver las cosas con mas tiempo de forma que se puede evitar futuras situaciones que pueden producir mas problemas, motivo por el cual ahora trato de ser mas equilibrado es cierto que en el lado contrario me vuelve selectivo y por momentos no hay que hacer mucho análisis para darse cuenta de las cargas que uno lleva encima, quizá un poco es la diferencia con el pasado.

Muchas veces vi venir el tsunami y por aburrimiento o por desidia solo deje que pase, pasado el tiempo eso me paso factura, luego de superado el momento cuando hacia el balance de lo aprendido siempre llegaba a la conclusión que lo vi venir y no hice nada para hacerlo porque no había otra cosa por hacer y quería ver que pasaba pero en la mayoría de las veces siempre el costo era innecesario, así que por ahora busco mi tranquilidad y compartir mis cosas con alguien con quien sienta una empatía reciproca.

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