De una memoria olvidada, las mejores crónicas vienen a mi en la noche cuando estoy tirado en la cama a punto de dormir y la mente empieza a funcionar a mil; hace años conocí a alguien que me ayudo a salir de una crisis; como no tuve una mejor idea termine sintiendo muchas más cosas por ella, de las que ella en algún momento de su vida sentiría por mí. Me sorprendió encontrar a ese tipo de ser que me daba lo que buscaba frágil y al mismo tiempo fascinante en como veía la vida, años después en otras circunstancias me volví a cruzar con un espíritu similar, pero no igual, que también me ayudo a salir de esa estancamiento, para ese momento ya me había dado cuenta que ni siquiera era necesario buscarla si no solo venia y también era claro que así como vino se iría y lejos de ponerle una trampa para que se quede conmigo; me gusto esa forma de ser y por un tiempo fui casi, casi por ahí algo así, algo similar. Y así paso en menor grado un par de veces más, las ultimas veces inclusive me adelantaba a los hechos y disfrutaba la compañía de estos seres especiales que aparecen de tiempo en tiempo, pero las primeras veces si influía de manera que se quedara conmigo todo el tiempo posible, lo cual estaba mal y como es obvio activaban las alarmas para que la estadía sea más corta.
Aquí acabaría la historia si no fuese que años después o mas bien recientemente, por cosas circunstanciales me volví a cruzar con dos de esos seres que me habían ayudado, en ambos casos habían cambiado demasiado quizá habían perdido su brillo o quizá como le comentaba a una de ellas pasaron esa energía a otra persona con el único fin de ayudar al prójimo, pero en ambas historias el epilogo de ambas crónicas es que en momentos finales de sinceridad me comentaron que lo hacían con la única idea de que esas buenas acciones regresen en algún momento en forma de ayuda hacia ellas, irónicamente luego de mucho esperar abandonaron esa expectativa por un lado si había una genuina intención de querer ayudar pero por otro lado el tiempo las había desgastado.
La realidad y el tiempo no perdonan cuando de una ilusión se trata, es cierto que hay que perseguir los sueños, pero al mismo tiempo son etapas que se van cerrando y otras nuevas abriendo.