Había una vez un gato atigrado. El gato murió un millón de veces y renació otro millón de veces, tuvo varios dueños pero no quería a ninguno. El gato no le temía a la muerte. Un día el gato fue liberado, era un gato callejero. Él conoció a una gata blanca y los dos gatos vivieron felices juntos. Los años pasaron y la gata se murió de vieja. El gato lloró un millón de veces y después murió. No volvió a revivir..tienes la bienvenida a una parte de mi vida.

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sábado, 3 de agosto de 2019

Décima paso a paso


Estaba con cólera enojado por algunas cosas que pasaron hace poco más de un mes y un día luego de pensar cómo podía sacarle algo bueno a todo eso me acorde, que tenía por ahí estaba habilidad así que la compartiré.


Me dijo en ti confió,
sentado pacientemente,
siguiéndole la corriente,
y con palabras en el vacío.

Ojos ya sin brío,
pasos sin reciprocidad,
notando una enfermedad,
prepare mi lección,
sin nada de admiración,
escribí sin habilidad.

Cansado hasta el hastió,
esperando frecuentemente,
una respuesta siempre silente,
al fondo se hundió el navío.

Caminando bajo el roció,
intentando tu nula amistad,
sin nada de eternidad,
dejando clara mi intención,
anunciada llego tu negación ,
confirmando la puntualidad.

Reparando en el envió,
cruzando por el puente,
intente el de repente,
ligeros pasos con desvió.

Nadando ascendiendo el rio,
sabiendo la verdad,
esperando sinceridad,
evitando la atención,
de toda tu obsesión,
viendo de lejos tu realidad.

 




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