Había una vez un gato atigrado. El gato murió un millón de veces y renació otro millón de veces, tuvo varios dueños pero no quería a ninguno. El gato no le temía a la muerte. Un día el gato fue liberado, era un gato callejero. Él conoció a una gata blanca y los dos gatos vivieron felices juntos. Los años pasaron y la gata se murió de vieja. El gato lloró un millón de veces y después murió. No volvió a revivir..tienes la bienvenida a una parte de mi vida.

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domingo, 4 de julio de 2021

Otro Lugar

 

Hay días en especial los fines de semana que recuerdo algunas cosas, a veces eso no es agradable porque me invita a quedarme en el pasado por un rato me pierdo pensando sobre hechos ocurridos lo interesante es que no son los recuerdos que lógicamente tendría que tener mas cerca si no son otros, unos un poco diferentes sobre una aventura lejana y por un momento después de mucho tiempo algo que se había convertido en una especie de peso que cubría cosas que deliberadamente había sepultado me empezó a molestar quizá debido a que era el momento de dejar ese peso también. Pero en ese momento me incomodaba recordar cosas tan claras eso es propio de mí, en efecto a veces algo que mucho me gustaba se había convertido en un problema no es que quisiera olvidar solo dejarlo de lado. Esto tiene que ver con el fin de semana porque es en ese momento en que al descansar aun sigo analizando varias cosas, obviamente por eso me distraigo con otras cosas, pero hay un momento en el día que si vienen a mi algún recuerdo que ahora veo innecesario.  


Por otro lado, el frio empieza y los días grises en Lima se vuelven comunes lejos de ser tristes, me agradan lo único malo es que rápidamente me acostumbro a ese ritmo, en el fondo se que me costara mucho retornar el ritmo de antes cuando tomo conciencia de eso, disfruto mas quedarme en cama viendo un video de la red que me invita a dormir nuevamente, peor aun cuando despierto nuevamente que todo es pasajero y que tarde que temprano volveré a extrañar esa sensación de calor que me da la cama. Ciertamente la capacidad de adaptabilidad hace que se descubran nuevos hábitos y desarrollado nuevas costumbres que van acompañado de nuevo aprendizaje que quizá hace un par de años no los habría contemplado por eso aun en el momento mas dificultoso cuando hago el balance y veo lo mucho que aprendí no puedo quejarme, lo que me queda es una sensación de calma y agradecimiento.

Finalmente, y poniéndome espiritual nunca tuve la certeza de encontrar a alguien con quien caminar siempre fue así y nunca tuve problema con eso, pero por otro lado si tuve la seguridad por ejemplo de que volvería a una nueva jornada que había dejado atrás tanto que por ratos lo tengo tan seguro que deja de ser creíble quizá en el fondo por ratos los fines de semana quisiera cambiar de certezas.

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