Había una vez un gato atigrado. El gato murió un millón de veces y renació otro millón de veces, tuvo varios dueños pero no quería a ninguno. El gato no le temía a la muerte. Un día el gato fue liberado, era un gato callejero. Él conoció a una gata blanca y los dos gatos vivieron felices juntos. Los años pasaron y la gata se murió de vieja. El gato lloró un millón de veces y después murió. No volvió a revivir..tienes la bienvenida a una parte de mi vida.

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sábado, 16 de febrero de 2019

L

Es complicado narrar un relato así, esta es una historia que con una buena vibra y buenos deseos quizá tenga un final feliz espero, y quizá no, porque no todo tiene un final feliz y no siempre hay un felices por siempre en ese tiempo investigaba que pasaba después con la vida luego de salir FIN en la película.

El recuerdo viene desde el nombre de una persona que me cuesta rememorar, única hija de unos padres que le habían dado una educación de universidad, estudió siempre con la mente clara que les debía todo a ellos, era un tiempo de descubrimiento según me contó, en un nivel de confianza casi rozando la indiferencia, creció en la juventud de descubrir las intrigas de la tecnología, en esas idas y venidas se cruzó con el que se convertiría en un esposo joven, meses después con un matrimonio joven se disponía a empezar su vida en una casa joven, propio de la edad y porque no todo es color de rosa, la situación del país de ella se volvió complicada y se propuso dejar todo viajando al país de él, en ese país habría de todo lo que se había imaginado y que en parte extrañaba, con el lujo de dejar de trabajar y convertirse en una esposa modelo, muchas reuniones de una aristocracia naciente, por un tiempo fue muy feliz, según ella relata

La felicidad es pasajera y puede que sea solo una ilusión, el tiempo a veces te engaña te hace creer que todo puede ser eterno y nosotros inmortales, cuando la realidad es muy diferente, el tiempo y los meses pasaron y desde el inicio la espera fue complicada meses duros que pusieron a prueba a la pareja terminaron en una tragedia. Posiblemente, ella cuenta, por la forma de vida que llevaban el organismo no se encontraba en la posición de tal desgaste, quizá solo fue una prueba del destino.
Después de ese mal recuerdo vinieron meses de mucha ansiedad y conflicto, de recuperación pero al mismo tiempo de análisis y a veces no todos pueden seguir avanzando, a veces el impacto es tal que el alma te pide un reinicio total de vida, o te quedas estancado lamentándote por siempre las cosas que pasaron y que se pudo haber hecho diferente.

Dos años pasaron y yo estaba sentado conversando con ella, mientras ella me decía, un día cuando pase una buena cantidad de tiempo y todo vuelva a tener sentido para mí en la vida te avisare y podrás compartir todo lo que te he contado hasta este momento; por ese tiempo tenía una relación más de amigos con el que se convertirá en muchas ocasiones en su expareja, en las noches se acuesta y pone de fondo música de la naturaleza, a veces le da ataques de ansiedad, cuando se acercan sus amigas con sus hijos y con el pasar de las horas ella tiene que contar lo sucedido. 

A inicios de año me mandó un mensaje, me va bien me cuenta, hay días buenos y días malos, pero con el tiempo eh sabido superar todo, ahora con alguien nuevo que según ella esta con la tranquilidad que ella necesita, me dice, ahora es el momento que puedes compartir algo de mi historia.

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