Es un sábado y empieza la noche, sentado viajando a
casa atravieso el centro de Lima en donde los autos avanzan lentos, el
conductor toma diferentes caminos de la ruta común tratando de evitar el congestionamiento
natural que se forma a esa hora punta, pasa por calles oscuras y desconocidas
de una ciudad olvidada que vio mejores momentos y que ahora se encuentra
dedicada a pasar el día. Es como si las casas esperaran volver a despertar pero
están dormidas subsistiendo, no hay mucho tiempo para brillar cada calle se
vuelve más misteriosa mientras el conductor apura el paso.
Por otro lado, no tengo apuro de llegar a casa, la batería
poco a poco se va despidiendo entre mensajes y música, el día empezó temprano
de madrugada y termino al oscurecer el día, mi máximo lujo de esa semana es
encontrar un vehículo compartido que me ayude a cruzar una de las principales vías
del centro, dejándome relativamente cerca de mi zona. En otro lado de la ciudad
alguien alista sus maletas, en pocas horas se ira del país sin saber si
regresara, el viaje como esas cosas que salen de improviso salió de una llamada
que hizo cambiar el curso de la historia particular, con la incertidumbre de
cualquier persona que se expone a los desconocido escribe a acerca de tener la
mente positiva.
En menor grado cuando apuro el paso, cuando tengo
que pasar por un sitio oscuro y desconocido algo de incertidumbre entra en mi
ser, a veces con mucha precaución y sabiendo elegir la ruta adecuada, eh sabido
seguir el camino sin desviarme mucho, pero hubieron momentos en que desee
quedarme y últimamente vi con esperanza dejar de caminar por un largo rato,
pero ciertamente puedo decir que cuando se me cruzo por la cabeza esa idea de
parar, automáticamente el universo conspiro para seguir avanzando quizá una de
mis preocupaciones es saber si ya no poder parar o si cuando pare sepa estar
quieto.
1 comentario:
Cruzar Lima con calamaro en los oídos debe ser uno de los viajes más lindos.
Uno a veces no busca y encuentra el nido del sentido. Uno a veces se miente con descaro y después paga el precio...
Un texto hermoso, limpio, claro.
Publicar un comentario