Había una vez un gato atigrado. El gato murió un millón de veces y renació otro millón de veces, tuvo varios dueños pero no quería a ninguno. El gato no le temía a la muerte. Un día el gato fue liberado, era un gato callejero. Él conoció a una gata blanca y los dos gatos vivieron felices juntos. Los años pasaron y la gata se murió de vieja. El gato lloró un millón de veces y después murió. No volvió a revivir..tienes la bienvenida a una parte de mi vida.

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domingo, 5 de mayo de 2019

Cruzando Lima

Es un sábado y empieza la noche, sentado viajando a casa atravieso el centro de Lima en donde los autos avanzan lentos, el conductor toma diferentes caminos de la ruta común tratando de evitar el congestionamiento natural que se forma a esa hora punta, pasa por calles oscuras y desconocidas de una ciudad olvidada que vio mejores momentos y que ahora se encuentra dedicada a pasar el día. Es como si las casas esperaran volver a despertar pero están dormidas subsistiendo, no hay mucho tiempo para brillar cada calle se vuelve más misteriosa mientras el conductor apura el paso.

Por otro lado, no tengo apuro de llegar a casa, la batería poco a poco se va despidiendo entre mensajes y música, el día empezó temprano de madrugada y termino al oscurecer el día, mi máximo lujo de esa semana es encontrar un vehículo compartido que me ayude a cruzar una de las principales vías del centro, dejándome relativamente cerca de mi zona. En otro lado de la ciudad alguien alista sus maletas, en pocas horas se ira del país sin saber si regresara, el viaje como esas cosas que salen de improviso salió de una llamada que hizo cambiar el curso de la historia particular, con la incertidumbre de cualquier persona que se expone a los desconocido escribe a acerca de tener la mente positiva.


En menor grado cuando apuro el paso, cuando tengo que pasar por un sitio oscuro y desconocido algo de incertidumbre entra en mi ser, a veces con mucha precaución y sabiendo elegir la ruta adecuada, eh sabido seguir el camino sin desviarme mucho, pero hubieron momentos en que desee quedarme y últimamente vi con esperanza dejar de caminar por un largo rato, pero ciertamente puedo decir que cuando se me cruzo por la cabeza esa idea de parar, automáticamente el universo conspiro para seguir avanzando quizá una de mis preocupaciones es saber si ya no poder parar o si cuando pare sepa estar quieto.

Esa sensación de enfrentarse a lo desconocido es interesante se incrementa cuando hay mucho que perder pero también la experiencia es más gratificante, salir y conocer el mundo puede que de miedo pero es parte de la vida, mientras escribo frases de agradecimiento y consideración no puedo evitar pensar que el éxito de uno contribuye al crecimiento de todos.

1 comentario:

Khuska Resto Bar dijo...

Cruzar Lima con calamaro en los oídos debe ser uno de los viajes más lindos.
Uno a veces no busca y encuentra el nido del sentido. Uno a veces se miente con descaro y después paga el precio...
Un texto hermoso, limpio, claro.

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