Había una vez un gato atigrado. El gato murió un millón de veces y renació otro millón de veces, tuvo varios dueños pero no quería a ninguno. El gato no le temía a la muerte. Un día el gato fue liberado, era un gato callejero. Él conoció a una gata blanca y los dos gatos vivieron felices juntos. Los años pasaron y la gata se murió de vieja. El gato lloró un millón de veces y después murió. No volvió a revivir..tienes la bienvenida a una parte de mi vida.

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sábado, 20 de julio de 2019

Vivir bajo la Luna


Ya sentado en un lugar extraño muy lejos de casa ocurrió una de las posibilidades solo desapareció y luego de eso algunas excusas y no se volvió a saber más, era una posibilidad dentro de lo que podía pasar reflexionaba, meses antes tenía la costumbre que ya era casi famosa entre sus conocidos cuando pasaba el hecho de no escuchar algo que no le gustara o sea cuestionada su parecer solo desaparecía y ya, evitando así el enfrentamiento, es que así soy alegaba cuando le pedían explicaciones sobre estos casos, tiempo después dirían que el perderse también era una forma de evitar el problema, su realidad era demasiado y no había mejor manera que solo correr sin afrontar las consecuencias. Por eso fue que cuando paso no hubo mucho que hacer solo era un a posibilidad de alguien que decía ser impredecible para excusar su forma de ser inestable persiguiendo así la juventud perdida, en confianza relataba sus historias de fuga como si fueran grandes hazañas pero el procedimiento era el mismo cuando se presentaba algo que no le gustaba solo abandonaba todo y corría.

Y así paso gran parte de su vida buscando sin certeza un ancla a esa supuesta ganas interior de moverse de lugar en lugar, ni las charlas con los amigos ni los consejos de los familiares le daban la salida, es que yo hago lo que me da la gana y si te parece bien y si no, no pero inclusive para ser así hay un gran riesgo de pagar esa libertad que no la es, ya que es difícil encontrar el detenerse en un sitio paso que cuando quiso parar no pudo, la costumbre se había vuelto parte de su ser y cuando algo se acercaba salía corriendo, es que no es lo que yo quiero diría en un momento replicaba cuando se le preguntaba por qué había tenido esa reacción frente a algo tranquilo.

En la tercera o cuarta vez que presencie eso me dije y que hago si hago todo por estar allá y me resulta con esto; demasiado en juego no tanto por mí porque finalmente podía regresar a casa con la experiencia de decir que conocí un lugar lejano pero creo que en el otro lado alguien tenía que perder mucho, demasiadas expectativas e ilusiones volvían algo muy tranquilo en algo demasiado volátil. Te diré que soy así y quizá lo sea y quizá por eso mismo al verme reflejado y ver la decisiones tan impulsivas tomadas tana a la ligera bajo ciertas premisas auto generadas puedo decir que con conocimiento de causa que muchas veces no llevan a nada bueno, aunque es claro que me gusta complicarme la vida, puedo decir que lo supe desde el inicio todo el tiempo, supe que pasaría y era cuestión de tiempo, quizá con la esperanza de que por fin se vea algo de estabilidad pero no fue así, inclusive para ser así hay que tener el valor y claridad de vivir con las consecuencias de lo que pasara por esas decisiones y el costo es muy alto. De impredecible nada, de inestable todo.

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