Había una vez un gato atigrado. El gato murió un millón de veces y renació otro millón de veces, tuvo varios dueños pero no quería a ninguno. El gato no le temía a la muerte. Un día el gato fue liberado, era un gato callejero. Él conoció a una gata blanca y los dos gatos vivieron felices juntos. Los años pasaron y la gata se murió de vieja. El gato lloró un millón de veces y después murió. No volvió a revivir..tienes la bienvenida a una parte de mi vida.

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sábado, 9 de noviembre de 2019

Seether


Hace poco estuve enfermo recién me estoy recuperando de algo que podría ser pasajero, mientras pasaban los días con dolores y temblores en todo el cuerpo pensaba es varias cosas, la primera es que nada es gratis en esta vida y eso se puede entender de muchas maneras, la explicación es tan amplia y simple a la misma vez es compleja, siempre hay un precio que pagar no siempre material lo que quizá para mí, en un sentido medio espiritual tiene que ver con el equilibrio.

Esa fue la segunda cosa que pensé el equilibrio emocional que ya es sabido a veces me juega una mala pasada, después de mucho tiempo volví a ser una olla hirviendo sin poder encauzar todo lo que sentía, entonces estoy un rato tranquilo, pero siempre las ganas de querer mas me llaman a probar nuevas cosas e intentar neciamente volar, cuando muchas veces ni siquiera tengo algo de plumas es que es cierto que nunca existen las condiciones ideales cuando uno las busca o toman mucho tiempo.

Quisiera decir que estoy en mi zona de confort algo así entre confundido y conformado con lo que pasa pero en el fondo ni es una ni la otra solo trato de llevar las cosas de la mejor manera siento que cuando me nacen ideas estúpidas aflora en mi la responsabilidad y eso me incomoda quisiera dejarla de lado, como una vez quise hacerlo entonces el segundo candado se activó rápidamente y esa es la tercera idea Las cosas correctas el hacerlas a veces duelen mucho aun sabiendo que se está haciendo lo correcto.

Te cuento que no extrañe escribir y por un lado me asustó un poco por que era una costumbre y ya no sentía la necesidad de hacerlo, también se mezclo con todo alguien que partió, alguien que llega y alguien que no cumplió, era fin de mes y fue inevitable ver que faltaba para fin de año y un día en la tarde mientras esperaba una respuesta provoque inconscientemente la enfermedad que me mando a pensar en muchas cosas.

Durante ese día como ultima idea busqué el momento para desarrollar todo, pero siempre me iba a otro lado, ya en la noche intentaba cerrar la historia y no podía hacerlo, entonces recordé algo que alguien hace mucho tiempo me dijo, mientras sigas siendo como eres estarás inevitablemente perdido en la melancolía y aquí estamos con algo de paciencia esperando terminar el año tranquilo y con una oportunidad creada en la mano.

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