Ahora juego mucho menos que antes, tengo un par que feliz adquirí para
desarrollarlos en vacaciones, pero ya no encuentro el tiempo y las ganas salvo
por la música que es mi costumbre sin ser una obligación siempre en la noche
estoy tocando algo; imagino que con el pasar del tiempo ya aparecieron otras
responsabilidades y también los gustos van cambiando, sin embargo, hay algo que
puedo rescatar de esos tiempos en que me sumergía jugando alguna aventura. Existe
un umbral para cierto tipo de juegos que te piden una habilidad mínima, seguir
los pasos sin equivocarse te pide algo de entrenamiento y de concentración,
siempre hay el comentario que a veces cuando uno intenta algo y no se logra en
repetidas ocasiones es mejor dejarlo, dejar que uno mismo descanse y después con
algo mas de serenidad y relajación volver a intentarlo; si se hacen las cosas
bien la siguiente vez todo fluye sin mucho esfuerzo y la gratificación psicológica
es superior.
En este momento pensaras que tiene que ver esto con el tema del día.
Esta semana había redescubierto por un rato un juego que había dejado en agenda,
pero con el pasar de los días extrañaba tocar, trato de medirme porque también llego
cansado, la música por otro lado me relaja, aunque a veces me tensa cuando
necio intento seguir al pie de la letra los acordes de la canción; espera que aquí
viene la conexión.
Esa semana no había tocado casi por tres días la guitarra, el cuarto día
sentía que me faltaba algo importante, pero podía vivir sin eso, entonces me senté
a tocar un rato, constantemente estoy
buscando canciones nuevas o antiguas cuando logro desarrollarlas las coloco en
el muro, pocos saben que esas canciones en su mayoría son las canciones que
toco, bueno la mayoría, volviendo al tema; esa semana no tenía canciones nuevas,
tenía antiguas esas que había dejado de lado porque ya me había cansado de
darle y darle y sentía que no avanzaba; entonces decidido empecé a tocar y ocurrió
la magia, cada acorde, tono y ritmo fluyo como debía ser y así varias
canciones. Entonces mientras tocaba recordaba todo el tiempo atrás en donde
pasaba horas practicando una y otra vez.
Las cosas siempre se obtienen por esfuerzo, hay un trabajo previo que
a veces no se ve, no se nota o pasa desapercibido, me levantó el espíritu saber
que había mejorado en algunas habilidades que había pensando que estaban frías.
De hecho, me dolían los dedos por que ya estaba perdiendo algo de practica y así
me volví a reconectar con la guitarra; hay un momento en el día cuando ya no me
parecen tan difíciles las canciones que quería tocar, cuando noto que la
guitarra se funde con la armonía de la canción, a veces también exagero intentando
forzar que la guitarra suene como otro instrumento resultando terribles errores,
pero de tiempo en tiempo todos esos intentos dan buenos resultados.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario