Había una vez un gato atigrado. El gato murió un millón de veces y renació otro millón de veces, tuvo varios dueños pero no quería a ninguno. El gato no le temía a la muerte. Un día el gato fue liberado, era un gato callejero. Él conoció a una gata blanca y los dos gatos vivieron felices juntos. Los años pasaron y la gata se murió de vieja. El gato lloró un millón de veces y después murió. No volvió a revivir..tienes la bienvenida a una parte de mi vida.

Ah, publico una vez a la semana, comparte y recomienda si te gusta lo que lees y si no tambien comparte, se me olvidaba escribir algo mas y es: Comparte.

domingo, 2 de febrero de 2020

Release

Ahora juego mucho menos que antes, tengo un par que feliz adquirí para desarrollarlos en vacaciones, pero ya no encuentro el tiempo y las ganas salvo por la música que es mi costumbre sin ser una obligación siempre en la noche estoy tocando algo; imagino que con el pasar del tiempo ya aparecieron otras responsabilidades y también los gustos van cambiando, sin embargo, hay algo que puedo rescatar de esos tiempos en que me sumergía jugando alguna aventura. Existe un umbral para cierto tipo de juegos que te piden una habilidad mínima, seguir los pasos sin equivocarse te pide algo de entrenamiento y de concentración, siempre hay el comentario que a veces cuando uno intenta algo y no se logra en repetidas ocasiones es mejor dejarlo, dejar que uno mismo descanse y después con algo mas de serenidad y relajación volver a intentarlo; si se hacen las cosas bien la siguiente vez todo fluye sin mucho esfuerzo y la gratificación psicológica es superior.

En este momento pensaras que tiene que ver esto con el tema del día. Esta semana había redescubierto por un rato un juego que había dejado en agenda, pero con el pasar de los días extrañaba tocar, trato de medirme porque también llego cansado, la música por otro lado me relaja, aunque a veces me tensa cuando necio intento seguir al pie de la letra los acordes de la canción; espera que aquí viene la conexión.

Esa semana no había tocado casi por tres días la guitarra, el cuarto día sentía que me faltaba algo importante, pero podía vivir sin eso, entonces me senté a tocar un rato, constantemente  estoy buscando canciones nuevas o antiguas cuando logro desarrollarlas las coloco en el muro, pocos saben que esas canciones en su mayoría son las canciones que toco, bueno la mayoría, volviendo al tema; esa semana no tenía canciones nuevas, tenía antiguas esas que había dejado de lado porque ya me había cansado de darle y darle y sentía que no avanzaba; entonces decidido empecé a tocar y ocurrió la magia, cada acorde, tono y ritmo fluyo como debía ser y así varias canciones. Entonces mientras tocaba recordaba todo el tiempo atrás en donde pasaba horas practicando una y otra vez.

Las cosas siempre se obtienen por esfuerzo, hay un trabajo previo que a veces no se ve, no se nota o pasa desapercibido, me levantó el espíritu saber que había mejorado en algunas habilidades que había pensando que estaban frías. De hecho, me dolían los dedos por que ya estaba perdiendo algo de practica y así me volví a reconectar con la guitarra; hay un momento en el día cuando ya no me parecen tan difíciles las canciones que quería tocar, cuando noto que la guitarra se funde con la armonía de la canción, a veces también exagero intentando forzar que la guitarra suene como otro instrumento resultando terribles errores, pero de tiempo en tiempo todos esos intentos dan buenos resultados.

No hay comentarios.:

Altar

  Después de mucho tiempo tome conciencia de lo importante que es estar en armonía conmigo mismo, no es que antes no lo estuviera, si no q...