Hace poco, en un día laboral cualquiera mientras tenía
un poco de tiempo muerto, conversaba con D, ahora que me he dedicado a aprender
algo más de su entorno, casi al final de la conversa me pregunto si me arrepentía
de algo; como siempre al inicio salí con algo rápido para no comentar mucho,
pero luego de un par de días volví a tocar el tema de una manera tangencial con
C; ella pronto cumplirá años y tiene un enfoque, por decir peculiar pero
respetable de como pasar ese día especial, era evidente que en algún momento le
preguntaría que había pasado en este año, como consecuencia el siguiente
comentario era si había algún arrepentimiento sobre hecho realizado, pero no me
atreví a preguntar porque en ese momento mi mente estaba en cero sobre lo que
me arrepintiera.
Así pasaron una noche y dos días, que
coincidieron con feriados largos por aquí, en algún momento de la jornada me detenía
a pensar de que me arrepentía; de muchas cosas puedo decir, pero las cosas
hechas están y no hay vuelta atrás, inclusive hay algunas cosas que las haría
igual a sabiendas que podrían ocasionar algún tipo de problema a los demás pero
que a la larga quiero pensar fueron más beneficiosas; por otro lado es cierto
que quizá sea la manera diplomática de quedar bien conmigo mismo y decir que no
me arrepiento de nada pues como es lógico soy la suma de mis experiencias y no sería
el mismo si hubiese planteado las cosas de otra manera.
Ciertamente en el momento y para algunas situaciones
si me he lamentado haber actuado de una manera diferente, algunas inclusive están
plasmadas en las crónicas de las cuales me estuve quejando por meses, pero hay
otras que quizá por ser un poco más serias ni las eh mencionado porque hay
cosas que deben quedar en el olvido y ya, no hay que darle mucha vuelta al análisis
de cosas que no son, algo que me toma mucho tiempo en entender. Sin embargo
sigo pensando que toda experiencia es enriquecedora si es bien planteada en el
momento del cierre, en el momento de las conclusiones.
La semana pasada por cosas que escapan a mi entender,
termine sentado frente a una persona que me contaba su vida, amablemente
escuchaba pero como nunca mi instinto estaba con las alarmas al máximo, la suma
de muchas cosas me puso en precaución, me sorprendió ver que para algunas situaciones
desarrolle algún tipo de diagnóstico rápido, para otras cosas sigo siendo
demasiado ciego, quizá la enseñanza de la semana es que hay momentos que no
siempre son planteados con el raciocinio, y que instinto no siempre te invita a
lanzarte a la piscina; lo difícil es estar consiente cuando elegir el momento y
el lugar para tomar una decisión acertada antes que empieza una nueva novela
innecesaria.
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