Había una vez un gato atigrado. El gato murió un millón de veces y renació otro millón de veces, tuvo varios dueños pero no quería a ninguno. El gato no le temía a la muerte. Un día el gato fue liberado, era un gato callejero. Él conoció a una gata blanca y los dos gatos vivieron felices juntos. Los años pasaron y la gata se murió de vieja. El gato lloró un millón de veces y después murió. No volvió a revivir..tienes la bienvenida a una parte de mi vida.

Ah, publico una vez a la semana, comparte y recomienda si te gusta lo que lees y si no tambien comparte, se me olvidaba escribir algo mas y es: Comparte.

sábado, 30 de marzo de 2019

Número Plástico

Esta vez sí me ha costado escribir, durante una semana estuve pensando bien, cuál sería el tema, por un lado tenía la muerte como visión cercana acerca de eventos que había ocurrido como parte de la vida y de la muerte, pero cuando llegó el momento de hacerlo no tuve el valor de seguir escribiendo, porque se quedó en una idea que necesitaba unas condiciones adecuadas que por más que buscaba no las encontraba, así que lo almacene. El segundo tema fue una conversación acerca de las relaciones humanas había tenido una densa charla con alguien que me había movido algunos recuerdos y que había plantado en mí una idea nueva acerca de cómo se llevaban las relaciones con los demás, por un lado me pareció interesante la idea y poco a poco empezó a desarrollarla, pero se quedó corta a la mitad porque me faltaba más y había llegado a un punto en que tenía que hablar de mí y ya estaba un poco saturado de eso. Finalmente había momentos en que me sentaba a escribir y me distraía a tal punto que ya no tenía ganas de escribir porque nada me tocaba tanto y era esencial como para ser comentado.

Mientras toco algo de música aparece la reflexión, cuando cambio de afinación siento que las cuerdas se estiran, siento que algunas veces se estiran y otras veces no, cuando estaba en la universidad en el curso de resistencia de materiales, me enseñaron que los cuerpos como el acero, del cual están hechas las cuerdas de la guitarra, tienen dos limites antes de romperse, el primer limite es el elástico, en aquel limite cuando se ejerza una fuerza el cuerpo volverá a su estado actual, esto solo ocurre con fuerzas que no superan este linte, el segundo limite es el plástico, en aquel limite el cuerpo queda deformado por que fluye por la plasticidad pero no se rompe ni quiebra, aún conserva sus propiedades este límite está muy cerca de que el cuerpo falle totalmente, esto no tendría nada que ver con lo que escribo, sin embargo cuando cambio de afinación, últimamente siento que las cuerdas fluyen ya están en su límite plástico y ya dejaron de ser elásticas debido principalmente a las fuerzas que se le ejercen y las tensiones que sufren.

Al igual durante todo este camino hubieron momentos que el temple se mantuvo elástico frente a la situaciones externas, otras veces se volvió plástico por que quedaron una marca de la cual tomo tiempo asimilarla como tal, así es la vida quizá depende de cada uno como es que toma las cosas y como puede salir adelante con todas las situaciones causadas por uno mismo y también externas. El año pasado no estaba aquí, estaba lejos creando recuerdos en un viaje lleno de momentos por así decirlo especiales, pero antes hubo mucho esfuerzo y cada vez que recuerdo esos momentos, ahora que puedo sentarme no puedo evitar dar gracias por encontrarme, quizá en una posición más tranquila y apacible, no puedo evitar tener algo de reflexión cuando me siento a la mesa con mi familia y agradecer por estar bien. Ahora solo tengo una idea cambiar de cuerdas y seguir tocando.

domingo, 24 de marzo de 2019

Destiny 2

Camino y es la tarde casi noche, camino tratando de alcanzar algo de juventud pero está muy lejos y desde mi perspectiva, sé que si camino rápido no la alcanzare, tendría que trotar o correr, mientras camino pienso que puedo usar el teléfono, dispositivo que me ha metido en más problemas de los que quisiera, pero de un tiempo a esta parte empecé a dejarlo de lado, finalmente no tiene caso hacerlo si la juventud esta tan cerca, el segundo pensamiento que tengo es que debería caminar mucho más rápido, cosa que automáticamente hago, pero aun así por más que apuro el paso la juventud esta con la distancia necesaria para hacerme seguir, al mismo tiempo lejos como para hacerle una seña, en el minuto diez de una caminata apurada recordé que una vez empecé a correr como último recurso, para por lo menos llegar casi al final del camino pero me pesan las piernas un poco y a diferencia de otras veces me aflora la certeza que no lo hare, no porque no quisiera si no porque la única forma de hacerlo es hacer tal esfuerzo en donde tendría que sacrificar mucho de la poca fuerza que me queda para llegar a casa y arrastrarme a la cama.



Y fue así que la juventud se alejó, tome otro camino que por cosas que no estaban calculadas por mí, esa misma ruta se volvió a cruzar más adelante con el camino de ella pero siempre, fue así ni tan cerca como para acercarme ni tan lejos para no verla, mientras me alejo veo como la juventud camina pensando en un nuevo futuro, por mi lado encerrado en mi mente empiezo a crear una historia que no publicare porque hasta para mi es demasiado oscura, por ahora mi cabeza está en el enfoque que le daré a la otra semana sobre muchas cosas que han pasado, pero evitare hacer el balance anual, lo que sí puedo hacer es seguir necio intentar nuevamente perseguir a la juventud, sin embargo siento que más allá de lograr un objetivo encontré mucho más gratificante todo el camino que tuve que hacer para llegar al mismo.

Aun no lo sé pero cuando salga, volveré a caminar rápido, siempre con los audífonos puestos intentando ver a la juventud de lejos, entonces nuevamente entrare en un debate si es necesario alcanzarla, tenerla cerca o finalmente dejarla ir cualquiera se la decisión será interesante ver los resultados, sin avanzar mucho ni correr demasiado solo caminando, cada paso siempre y cuando tenga la música en mi cabeza con las ganas de seguir avanzando.

sábado, 16 de marzo de 2019

You only live twice

El tiempo está cambiando y ya se siente el frio, empezaron las características mañanas de Otoño, ese cambio marca también el inicio del año escolar, pero durante estos tres meses pasó un verano intenso, las altas temperaturas fueron un motivo de conversación y más durante el viaje diario en el bus, que no conoce de estaciones solo de traslado masivo. En esos viajes varias veces me toco ir a mediodía, cuando el sol es inclemente, para variar este año tuve la brillante idea de usar camisas de vestir de manga larga, como parte de las políticas de vestido de oficina, lo hizo por que por mucho tiempo andaba con manga corta y los brazos ya estaban de otro color, algo de precaución no está demás pensaba mientras sonreía en el viaje, lo negativo es que muchas veces termine bañado en mi propio sudor, pero cuando las condiciones eran tranquilas me perdía pensando, en unos de esos viajes recordé un verano igual de caluroso que este.

Fue en un verano parecido a este, en que el Diablo se apareció, como siempre nunca lo vi venir y como otras veces atrás, entre en la dinámica de siempre para ver hasta qué punto me podía tentar, entre sus muchas tretas y consabidas habilidades tenía la de soltarme algo de confianza para bajar la guardia, entonces como ya sabía de que pie cojeaba rápidamente envolvía sus hilos alrededor, hasta que ya era demasiado tarde; sin embargo de tiempo en tiempo soltaba algún que otro pensamiento que me dejaba realmente interesado. En un momento de mi queja diaria contra la vida y mi existencia le contaba mis recientes hazañas amorosas, como había logrado salir airoso de intrincados laberintos y de cómo me habían enseñado una que otra lección de vida y que otras veces me había costado mucho seguir mi camino por que por más que buscaba algo bueno de todo eso no encontraba mucho, mas era lo que había pagado y eso me comía un poco el espíritu. Debo decir que esta conversación se convirtió en clásica con el Diablo, en algún momento de su aparición ambos sabíamos que tocaríamos ese tema, ciertamente sabia cuando tocar ese tema justo en el momento en que estaba más vulnerable. 

Una vez me dijo una buena, con la cual se ganó algo de mi respeto, mientras escuchaba con algo de ironía y desconfianza dijo: "Es que no fuiste ambicioso, tu inseguridad te gano y ella como la mayoría de las mujeres de sus edad, buscaba algo concreto y seguro, tu tuviste todas las oportunidades posibles para actuar pero no lo hiciste por que no fuiste valiente, ella buscaba alguien con ambición y tú eres todo lo contrario, por eso pasaras el resto de tu vida así, buscando lo que nunca podrás tener porque ya perdiste la carrera antes de iniciarla". En este momento rápidamente cambie de tema pero meses después de tiempo en tiempo me perseguía esa frase, pude en ese momento insistir en que siempre fui una víctima de las circunstancias y de forzar las cosas; pero la idea fue lo suficiente encantadora como para empezar a crecer de poco en poco en mi cerebro. 

Años después cuando volví a conversar con el Diablo le contaba que había pasado con esta nueva etapa, intentado callarle la boca, "Esta vez fuiste demasiado intrépido y como arriesgaste todo era muy posible que por tal osadía perdieras todo y eso fue la consecuencia de no haber pensado bien las cosas", entonces terminada la reunión, me fui pensando veinte años para entender que tienes que buscar el equilibrio entre tu forma de ser, las circunstancias, las obligaciones y la vida misma. Y aquí estamos.

Altar

  Después de mucho tiempo tome conciencia de lo importante que es estar en armonía conmigo mismo, no es que antes no lo estuviera, si no q...