Esta vez sí me ha costado escribir, durante una
semana estuve pensando bien, cuál sería el tema, por un lado tenía la muerte
como visión cercana acerca de eventos que había ocurrido como parte de la vida
y de la muerte, pero cuando llegó el momento de hacerlo no tuve el valor de
seguir escribiendo, porque se quedó en una idea que necesitaba unas condiciones
adecuadas que por más que buscaba no las encontraba, así que lo almacene. El
segundo tema fue una conversación acerca de las relaciones humanas había tenido
una densa charla con alguien que me había movido algunos recuerdos y que había
plantado en mí una idea nueva acerca de cómo se llevaban las relaciones con los
demás, por un lado me pareció interesante la idea y poco a poco empezó a
desarrollarla, pero se quedó corta a la mitad porque me faltaba más y había
llegado a un punto en que tenía que hablar de mí y ya estaba un poco saturado
de eso. Finalmente había momentos en que me sentaba a escribir y me distraía a
tal punto que ya no tenía ganas de escribir porque nada me tocaba tanto y era
esencial como para ser comentado.
Mientras toco algo de música aparece la reflexión,
cuando cambio de afinación siento que las cuerdas se estiran, siento que algunas
veces se estiran y otras veces no, cuando estaba en la universidad en el curso
de resistencia de materiales, me enseñaron que los cuerpos como el acero, del
cual están hechas las cuerdas de la guitarra, tienen dos limites antes de
romperse, el primer limite es el elástico, en aquel limite cuando se ejerza una
fuerza el cuerpo volverá a su estado actual, esto solo ocurre con fuerzas que
no superan este linte, el segundo limite es el plástico, en aquel limite el
cuerpo queda deformado por que fluye por la plasticidad pero no se rompe ni
quiebra, aún conserva sus propiedades este límite está muy cerca de que el
cuerpo falle totalmente, esto no tendría nada que ver con lo que escribo, sin
embargo cuando cambio de afinación, últimamente siento que las cuerdas fluyen
ya están en su límite plástico y ya dejaron de ser elásticas debido
principalmente a las fuerzas que se le ejercen y las tensiones que sufren.
Al igual durante todo este camino hubieron momentos
que el temple se mantuvo elástico frente a la situaciones externas, otras veces
se volvió plástico por que quedaron una marca de la cual tomo tiempo asimilarla
como tal, así es la vida quizá depende de cada uno como es que toma las cosas y
como puede salir adelante con todas las situaciones causadas por uno mismo y también
externas. El año pasado no estaba aquí, estaba lejos creando recuerdos en un
viaje lleno de momentos por así decirlo especiales, pero antes hubo mucho
esfuerzo y cada vez que recuerdo esos momentos, ahora que puedo sentarme no
puedo evitar dar gracias por encontrarme, quizá en una posición más tranquila y
apacible, no puedo evitar tener algo de reflexión cuando me siento a la mesa
con mi familia y agradecer por estar bien. Ahora solo tengo una idea cambiar de
cuerdas y seguir tocando.
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