Había una vez un gato atigrado. El gato murió un millón de veces y renació otro millón de veces, tuvo varios dueños pero no quería a ninguno. El gato no le temía a la muerte. Un día el gato fue liberado, era un gato callejero. Él conoció a una gata blanca y los dos gatos vivieron felices juntos. Los años pasaron y la gata se murió de vieja. El gato lloró un millón de veces y después murió. No volvió a revivir..tienes la bienvenida a una parte de mi vida.

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sábado, 2 de marzo de 2019

Al Otro Lado

Hace tiempo relate una historia de una pareja que viajaba para empezar una nueva vida, la historia termino mal con una separación, mientras uno continuo su viaje de, imagino yo, crecimiento la otra parte se quedó a continuar con su vida; mientras me sentaba a reflexionar sobre los hechos que ocurrieron para que todo termine así llegue a varias conclusiones que quizá están demás ser escritas aquí porque mencionaría muchos hubiera y eso una vez las cosas hechas, están demás, quizá quien sabe en el futuro, que nada está dicho, quizá los caminos se vuelven a cruzar pero inclusive para dejar esa alternativa abierta hay que tener un poco de tino; lo que pienso es muy pronto para decirlo pero quien sabe quizá.

De la autopsia que me llevo a esto, puedo rescatar algo que hace también mucho tiempo atrás escribí la fábula de la puerta, a veces uno hace algo tan serio que queda como un rastro de un clavo en la madera de una puerta, la puerta seguirá abriendo y cerrando pero si te fijas, aun rellenes el espacio que dejo el clavo, siempre quedara una marca de algo, y eso a veces es difícil remontarlo, obviamente también pasaron otras cosas más, pero estuve en ese punto que pasas la línea de no retorno, al principio, la primera vez fue tan duro que me tomo un buen tiempo entender que no volvería a ser lo mismo, ni yo ni la relación ni nada; pasadas las experiencias, algunas prematuras y otras muy largas empecé a acostumbrarme a solo dejarlo y vivir con eso, lo malo es que uno nunca ve esa línea o quizá si la ve pero piensa que las consecuencias serán tales que no volverá a ser lo mismo y no lo será porque nada es lo mismo, porque el tiempo pasa y la gente cambia.

Pero si estuve ahí, muchas veces para darme cuenta tarde y solo seguir mi camino cargue los recuerdos, cargue un poco de demonios, un poco de resignación, un poco de hielo y ya. Y aun con toda esa armadura encima que a veces no me deja ver las cosas claras y como deberían ser, hay momentos en que desearía que las cosas no hubiesen pasado así, pero pasaron y ya. Quizá un poco la enseñanza es que aun cuando las cosas están muy mal, pero mal que ya no queda nada es bueno saber cerrar un ciclo, lo digo porque a veces en lugar de quedar digno termine muchas veces por el piso replanteándome mi existencia, analizando lo que dije, cuestionándome mi forma de ser y sabes que, un día lo deje de hacer o lo hago solo con la gente que mi importa que son pocas y algunas pasajeras. Solo diré que lo más importante en la vida, siempre tiene que ser lo más importante que suena a engaño pero tiene mucho significado.

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